lunes, 17 de diciembre de 2007

ALTO HOSPICIO: MANNS Y LOS "THE TOSTADOS MEN"

Manns recibe un obsequio de la Orquesta Moderna de Alto Hospicio
"...Todo sueño prolongado es en sí mismo una derrota".

Arriba en la precordillera --subiendo en ascenso vertical, a casi 600 metros sobre Iquique--
Patricio Manns recibe un homenaje de jóvenes y niños músicos de la comuna de Alto Hospicio, en la Plaza del Encuentro, en el sector cívico. El vínculo del artista con la Orquesta Moderna Juvenil-Infantil de Alto Hospicio, dirigida por Guillermo Galán, tiene larga data. De jockey y lentes oscuros Manns se instala en medio del público junto a su esposa. Su presencia en este acto organizado por la Coordinadora comunal de la conmemoración del centenario de la Masacre de 1907, no es casual, porque el cantautor, poeta, escritor, y activista de la memoria viene casi todos los años a la zona, y ha actuado con estos mismos jóvenes músicos, incluso, en el Teatro Municipal de Iquique.

Manns y su esposa Alejandra, entre el público que lo homenajeó.

Esta noche de luna turca, en plena pampa, él, tras petición de los noveles músicos, se compromete a convertirse en su "padrino oficial". Padrinazgo que, en el imaginario de los adolescentes, es mucho decir...

El grupo que abre el espectáculo, en la Plaza del Encuentro, de Alto Hospicio, es otro conjunto de jóvenes, del sector de Achupallas de Viña del Mar, dirigido por el profesor Bonnet. Se trata de los "The Tostados men": saxo tenor César, Javier, en el teclado, Oliver, en la guitarra, Jonatan en el saxo alto, Niko, en la flauta traversa y Daniel, en la batería.

Los quinceañeros interpretaron a Víctor Jara y a Piazzolla, con una compostura, con una sencillez que raya en lo perfecto, (por lo menos desde la emoción, que es el camino más recto cuando se habla de Manns o de lo relativo a él, admitiendo que la lucidez tiene los pies y las manos puestos ahí) al punto que los acordes hacen olvidar que estamos en una comuna
dormitorio de la gran urbe.



Líder de "The Tostados Man"


Pero, como quien olvida "prepara todas sus derrotas futuras", segùn dice en su libro "Diversos instantes del reino", no olvidemos que Alto Hospicio, en crecimiento explosivo, pasó de pequeña estación salitrera a los 70 mil habitantes. Que aquí vive, la mano de obra que nutre a las "modernas" empresas contratistas mineras. Que aún quedan las huellas de la extracción de la plata en los yacimientos de Huantajaya, que datan de la cultura prehispánica, donde, posteriormente, trabajó en condiciones cercanas al esclavismo mano de obra extranjera.

Los "The Tostados Men" interpretan a Víctor Jara, los niños de la Orquesta Moderna, también. Y Luis Advis y su cantata sigue siendo la verdadera banda sonora de esta pampa, donde habitan y explosionan gigantes de cobre, bronce y estaño tallados por una mano no humana. Entonces, la memoria (cultural, musical, política) todavía tiene un par de esperanzas. Y eso se puede sentir subiendo (bajando) al interior de las cosas, en este caso a la altura de Alto Hospicio.

Textos V. Ruz Fotos Camilo Carrasco


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