Leonardo Véliz y Patricio Manns
Fotos. Camilo Carrasco
Un animado y emotivo conversatorio se realizó este mediodía en las dependencias del Registro civil, la ex estación de Ferrocarriles, entre las juventudes políticas de la Concertación y de las Juventudes Comunistas junto a diferentes personalidades como el concejal y ex futbolista Leonardo “Pollo” Véliz, el cantante Patricio Manns, el curador de arte Justo Pastor Mellado, la capellana evangélica de La Moneda Juana Albornoz, el dirigente Nacional de la CUT, Marcos Canales y la Directora Regional del Registro Civil Ana María Vargas.
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En la ocasión Marcos Canales de la CUT hizo una reseña histórica de los sucesos de 1907 y señaló que ellos significaron un salto sustancial en la lucha de los trabajadores “donde pasaron del sindicalismo corporativo a un actuar político en sus demandas que instalaban problemáticas transversales sentidas en toda la sociedad”. Agregó que hoy los trabajadores están llamados a reflexionar sobre cuáles son las necesidades de la negociación colectiva, cuál es el rol de las Fuerzas Armadas en los conflictos, cuál es el espacio de criminalización de los movimientos sindicales y sociales, recordando a Rodrigo Cisternas, obrero forestal muerto en un conflicto sindical.
Por su parte, el deportista y actual concejal por Santiago, Leonardo “Pollo” Véliz, nieto de un trabajador comunista y de familia nortina, manifestó su preocupación por tener que explicar continuamente por qué ha venido a ser parte de esta conmemoración. “Existe una baja tolerancia a que personas que hemos trabajado en el deporte pensemos en la clase obrera y desconocen que también en el deporte hay trabajadores explotados” y destacó como un avance el que hoy exista una ley que proteja los derechos de quienes trabajan en el fútbol.
Patricio Manns, escritor y cantante, hizo referencia a un libro de su autoría “Chile: Una dictadura militar permanente” que recopila la historia de las distintas matanzas obreras en nuestro país. “Son 200 casos de represión militar contra los trabajadores que, curiosamente, no aparecen en la historia oficial. El ejército ya en 1905 había participado en una matanza obrera en la Plaza Colón de Antofagasta; Alessandri tiene 6 matanzas en sus dos períodos como presidente, esto sólo como ejemplo”. De allí señaló la importancia de la creación literaria y musical, de las artes en general, para contar esta historia que no está en los textos, “como dice Luis Corvalán, una canción bien escrita, vale más que 10 discursos”.
Posteriormente, el curador de arte Justo Pastor Mellado, se refirió a lo simbólico de una tradición que señala que a los muertos hay que enterrarlos sin tacones para que no vuelvan a penar a los vivos, señalando que era muy cierto cuando algunos afirmaban que hubo miles de muertos a los que no se les cortaron los tacones. “Sin embargo, esta memoria, nuestras palabras, provocan que ya no sigan penando porque, de alguna manera, nuestras palabras son su hogar, ya sean escritas o habladas. En ese sentido, el monumento de la palabra escrita es mucho más que un monolito; sin duda, la prensa obrera es el primer monumento que los obreros se hacen a sí mismos cuando nadie les iba a hacer uno. Desde allí lo impreso, la repetición, la palabra, la canción es hoy nuestro monolito a esta clase que tanto ha sufrido”.
La pastora Juana Albornoz, capellana evangélica de La Moneda, señaló que su visita a esta conmemoración tenía un profundo significado; primero, porque su abuelo fue uno de los sobrevivientes de la masacre y la historia tremenda de esa fecha ha pasado de generación en generación. “Me llevo una carga terrible de emoción pensando en los niños y mujeres que no sólo murieron por las balas, sino que morían en la pampa de dolor y hambre. Mis antepasados anduvieron por estas calles polvorientas buscando dignidad y encontrando sangre. Así como también sufrimos nosotros en dictadura, perseguidos y torturados, sin saber si al otro día estaríamos vivos. Siento que los evangélicos y los partidos políticos de izquierda somos hermanos en la lucha y en el dolor. Nunca hay que olvidar que a nosotros, los trabajadores, nada se nos ha regalado y todo nos ha costado sangre, sudor y lágrimas”.
Por último, la directora regional del Registro Civil, Ana María Vargas, señaló la necesidad de preservar espacios como la ex Estación de Trenes y de convertirla en un lugar de encuentro para el arte y la memoria, por el gran significado que ella tiene cuando fue el primer lugar al que llegaron los trabajadores pampinos en diciembre de 1907.
Juventudes políticas anuncian diálogo ciudadano.
En el encuentro con las personalidades estuvieron presentes también las juventudes políticas. El presidente de la Juventud PPD, Iván Ramos, realizó un llamado a instalar en la revisión histórica de las luchas sociales del país a los jóvenes como actores políticos protagónicos y rescatar el aporte que éstos han realizado.
Richard Godoy, presidente regional de la Juventud Socialista, criticó el actual modelo económico imperante en el país y señaló que éste “provoca actualmente un genocidio económico en los jóvenes. Como Gobierno, tenemos actualmente una gran deuda con los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras; no hay sueldo digno ni ético, y la distribución de la riqueza en el país es un tema de profunda trascendencia que, al menos, necesita lograr un equilibrio”.
A nombre de las Juventudes Comunistas, José Miguel, miembro del Comité Central de éstas destacó la capacidad de los obreros de 1907 de unirse en sus diferencias para lograr un objetivo común y mejorar sus condiciones de vida. “Hoy los jóvenes no tenemos asegurado el derecho a la educación ni al trabajo lo que significa no tener las condiciones mínimas para vivir dignamente, la única forma de cambiar esto es unir distintas fuerzas que logren hacer las transformaciones sociales que se necesitan hoy”.
Por último, hicieron un llamado en conjunto a la ciudadanía y sobretodo a los jóvenes, a participar de un Diálogo Ciudadano sobre el papel de la Juventud y las luchas sociales. La cita es para el próximo miércoles 19 de diciembre a las 17 horas, en las afueras del Palacio Astoreca.
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